Si has pasado por un aeropuerto en España, esto te sonará: 10 millones de hamburguesas al año

Si has pasado por un aeropuerto en España, esto te sonará: 10 millones de hamburguesas al año

Entre controles y puertas de embarque, la teoría saludable se queda en la mochila. La directora comercial de Aena, María José Cuena, lo ha puesto en claro: lo que decimos que queremos comer no coincide con lo que realmente pagamos en caja.

Qué compramos de verdad cuando volamos

Las encuestas repiten que los pasajeros buscan opciones ligeras, rápidas y “saludables”. La venta real cuenta otra historia mucho más terrenal. Según Cuena, en los aeropuertos españoles se despachan cada año más de diez millones de hamburguesas. El dato desmonta el mito del viajero que siempre elige ensaladas o fruta antes de subir al avión.

Más de 10 millones de hamburguesas al año en los aeropuertos españoles: el antojo vence a la intención saludable.

Ese volumen convierte a la hamburguesa en el producto rey del aire. Aglutina conveniencia, calorías rápidas y una promesa clara: saciar sin pensar demasiado. En plena cuenta atrás para embarcar, la decisión fácil gana por goleada.

La brecha entre lo que decimos y lo que pagamos

El fenómeno encaja con un patrón clásico del consumo: las preferencias declaradas no siempre predicen el comportamiento. En el entorno aeroportuario, la presión del tiempo, el estrés y los horarios complicados actúan como atajos mentales que empujan hacia opciones familiares y contundentes.

  • Reloj en contra: menos tiempo para comparar, más probabilidad de elegir lo conocido.
  • Estrés del viaje: el cerebro busca gratificación rápida y calorías seguras.
  • Horarios raros: desayunos tardíos y cenas tempranas rompen rutinas y abren la puerta al capricho.
  • Arquitectura de tienda: menús visibles, aromas y rutas obligadas guían la compra sin fricción.
  • Viajar en grupo: se imponen elecciones fáciles de compartir y sin debate.

Cómo te empujan al antojo sin que te des cuenta

El recorrido comercial de un aeropuerto está diseñado para reducir dudas y acelerar tickets. Señalética clara, mostradores a la vista y productos de alto margen bien situados. La hamburguesa encaja en ese guion: lectura instantánea, preparación rápida y ticket medio predecible con bebida y complemento.

Momento Compra recurrente Por qué
Antes del primer vuelo de la mañana Menú caliente con café o refresco Hambre acumulada y prisa; se prioriza energía y rapidez
Escalas y esperas largas Comida contundente tipo combo Se busca una “comida completa” que rinda horas
Vuelos con niños Opciones reconocibles y cerradas Evitar conflicto y retrasos; éxito garantizado
Vuelos tardíos Capricho salado más dulce rápido Efecto premio tras la jornada y cansancio

Lo que significa para tu bolsillo y para Aena

Para el viajero, la decisión no solo es calórica; también es financiera. El entorno aeroportuario suele añadir un sobreprecio ligado a costes operativos y a la conveniencia. Menús cerrados y combos empujan el ticket medio al alza con extras que quizá no habías previsto.

Para Aena, el mix de ventas tiene impacto directo en las rentas comerciales que abonan los operadores. Modelos habituales combinan un fijo con un variable ligado a ingresos. Cuando triunfan productos de rotación alta y márgenes estables, el flujo de caja de las tiendas gana previsibilidad, y las licitaciones futuras compiten por ubicaciones con mayor tráfico y conversión.

Cómo gastar menos sin quedarte con hambre

  • Llega con 10 minutos extra: evita comprar “lo primero” por la prisa.
  • Mira los menús en la app del aeropuerto si está disponible: comparar ahorra euros.
  • Si quieres combo, pregúntate si necesitas el postre o la bebida grande.
  • Comparte raciones: un segundo acompañamiento suele sobrar.
  • Lleva snack de casa permitido por seguridad: frutos secos o barritas salvan el tramo hasta tu destino.

¿Y la opción saludable?

La paradoja que subraya Cuena es clara: preferimos decir “saludable”, pero compramos “saciante y rápido”. En el actual escaparate de los aeropuertos conviven yogures, fruta cortada o ensaladas con menús clásicos de comida rápida. La disponibilidad ha mejorado, pero la elección real sigue dominada por la comodidad del pedido sin sorpresas.

Decimos “ligero y sano”; la caja registra “rápido y conocido”. La fricción, no la fuerza de voluntad, manda en el aeropuerto.

Un truco práctico para quien quiera mantener el rumbo saludable: decide antes de llegar qué vas a comer y fija un presupuesto máximo. Quita de la ecuación las decisiones de último minuto y reduce el impacto de los estímulos visuales.

Por qué la hamburguesa gana la partida

El producto triunfador reúne cinco piezas que raramente coinciden en otras categorías: señalización simple, preparación estandarizada, precio claro, personalización mínima y promesa de saciedad. La anatomía del aeropuerto favorece esa ecuación. Cuanto menos tiempo tienes para elegir, más valoras la previsibilidad del resultado.

Lo que viene: autoservicio y pedidos digitales

La adopción de kioscos y pedidos por móvil en terminales está reduciendo colas y elevando el número de unidades por transacción. Pantallas que sugieren un extra, pago sin efectivo y recogida en mostrador afinan la conversión. Esta dinámica refuerza los productos que se explican solos, y ahí la hamburguesa parte con ventaja.

Información útil para tu próximo viaje

Consumo impulsivo: se define como la compra no planificada activada por estímulos del entorno. En aeropuertos, el estímulo suma prisas, aromas y mensajes de “última oportunidad”. Si prevés dos viajes al mes y en cada uno caes en un combo de 12-14 euros, el hábito se convierte en 288-336 euros anuales que podrías reasignar a una comida en destino o a un upgrade puntual.

¿Alternativa viable? Divide tu estrategia en dos: snack propio más bebida en terminal, o bebida propia más comida en terminal. Mantienes la flexibilidad, recortas el gasto y eliges conscientemente cuándo te das el capricho. Si el antojo es la hamburguesa, decide el tamaño antes de ver la pantalla: tu cartera y tu energía en vuelo lo notarán.

1 comentario en “Si has pasado por un aeropuerto en España, esto te sonará: 10 millones de hamburguesas al año”

  1. 10 millions de burgers, mais où sont les options saines à prix correct? L’argument du stress et du temps excuse un peu tout. Aena pourrait imposer plus d’offres fraîches et un plafon de prix. Le “surcout” aéroportuaire ressemble surtout à une rente commerciale, non?

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