El reloj interno pide turno.
Mientras España estira la sobremesa hasta tarde, una corriente gana fuerza: comer antes, comer ligero y dormir mejor. El experto en longevidad Javier Marset vuelve a poner el foco en la última comida del día y en su horario. Su mensaje conecta con lo que se ve en zonas del mundo con más nonagenarios activos y con la evidencia sobre ritmos circadianos.
Lo que cambia cuando cenas antes de las 20:00
La melatonina sube con la caída de la luz y la digestión se vuelve más lenta. Una cena copiosa a las 22:00 compite con ese ritmo y altera el sueño profundo. Adelantar la mesa libera al organismo para reparar tejidos, depurar y regular hormonas sin interferencias digestivas.
La sensibilidad a la insulina baja por la tarde. Comer temprano reduce picos de glucosa nocturnos y favorece un amanecer con energía estable. La acidez también cede: el reflujo aparece menos cuando el estómago llega más vacío a la cama.
Cortar la cocina a las 20:00 mejora el sueño, reduce el reflujo y suaviza la curva de glucosa nocturna.
Marset se apoya en un principio sencillo: alinear plato y luz solar. Las poblaciones longevas suelen cenar con el cielo aún claro, con verduras, legumbres o pescado, y raciones que no exigen una digestión larga.
La regla práctica de Marset: ligero y temprano
El esquema es directo: un tentempié planificado a media tarde y una cena sencilla antes de las 20:00. Nada de panes infinitos ni pantallas que alarguen el bocado. La ligereza no es privación; es una estrategia para llegar al sueño con el sistema digestivo en reposo.
Menús exprés de 15 minutos
- Crema de calabacín con pimienta y tortilla francesa de dos huevos.
- Brócoli salteado, caballa en conserva y un chorrito de aceite de oliva.
- Sopa miso suave con tofu, setas y cebolleta.
- Ensalada templada de judías verdes, patata pequeña y atún natural.
- Tomate aliñado con aguacate y huevo duro; fruta de postre si apetece.
Errores que sabotean la noche
- Llegar con hambre extrema por saltarse la merienda: dispara antojos y raciones.
- Confundir sed con apetito: un vaso de agua reduce picoteos automáticos.
- Premiar el día con pan y vino: más calorías líquidas y digestiones largas.
- Encender pantallas en la mesa: la luz azul retrasa la señal de sueño.
| Hábito | Qué hacer | Señal de que funciona |
|---|---|---|
| Cerrar cocina | Fijar las 20:00 y avisar en casa | Somnolencia natural antes de las 23:00 |
| Cena ligera | Verdura + proteína fácil + grasa de calidad | Sin pesadez al tumbarse |
| Merienda con intención | Yogur con frutos secos o fruta con queso fresco | Evitar atracón nocturno |
| Higiene de luz | Luces cálidas tras la cena, móvil lejos | Despertar más claro y estable |
Impacto medible a corto y medio plazo
A la semana, mucha gente nota menos despertares y una sensación de ligereza al levantarse. También baja la acidez postural al irse a la cama. En dos o tres semanas, los picos de hambre nocturna se atenúan y las meriendas se vuelven más consistentes y planificadas.
En un mes, el perímetro abdominal puede reducirse si el resto del día acompaña, porque disminuyen el picoteo tardío y la ingesta calórica nocturna. La variabilidad de la glucosa se estabiliza en personas con resistencia a la insulina si mantienen este patrón y actividad física regular.
El reloj biológico no negocia con el social: alinear cena y luz mejora la recuperación y el metabolismo.
¿Y la vida social?
Adelantar la cena no implica renunciar a los planes. Comer temprano en casa y, al salir, pedir agua con gas, encurtidos o un tomate aliñado mantiene el ritual sin cargar el estómago. En reuniones familiares, proponer empezar antes y simplificar menú evita sobremesas eternas.
Quien trabaja por turnos puede aplicar una versión adaptada: “cena técnica” ligera al acabar el turno y desayuno retrasado para no encadenar comidas. El objetivo es respetar una ventana nocturna sin digestión activa, aunque la franja horaria cambie.
Preguntas rápidas
- ¿Entrenar por la tarde permite cenar ligero? Sí: proteína moderada y carbohidrato fácil de digerir (tortilla y calabaza asada), hidratación y a la cama.
- ¿Saltarse la cena baja el metabolismo? No si el día aporta suficiente energía y proteína. Lo perjudicial es el déficit crónico sostenido.
- ¿Niños que cenan tarde? Adelantar 10-15 minutos cada pocos días, menú simple y luces cálidas. La rutina crea adherencia.
- ¿Qué pasa si una noche te pasas? Retoma horario al día siguiente, camina tras la comida principal y vuelve a verdura protagonista por la noche.
Claves de implementación en una semana
Día 1-2: fija la hora de cierre y cambia la luz de casa a tonos cálidos desde las 19:30. Prepara una tisana para después de cenar y cepíllate los dientes al terminar; ese gesto corta el automatismo del picoteo.
Día 3-4: diseña dos meriendas tipo y déjalas listas. Un tupper con crudités y hummus, o un yogur natural con nueces, reduce el efecto “llego arrasando”.
Día 5-7: prueba a quedar antes con amigos. Si sales tarde, llega cenado y pide algo ligero. Sienta bien no acostarse con el estómago lleno.
Contexto y precauciones útiles
Personas con diabetes que usan medicación hipoglucemiante deben ajustar dosis y horarios con su profesional sanitario al cambiar la última comida. Quien sufre reflujo severo o hernia de hiato suele notar alivio con cenas tempranas, pero conviene elevar ligeramente el cabecero y evitar alcohol nocturno.
La exposición a luz natural por la mañana refuerza el cambio. Diez minutos de sol temprano ayudan a sincronizar el reloj interno. Un paseo corto tras la cena mejora la glucemia postprandial y facilita el descanso.
Ligereza, horario y rutina forman un triángulo: si una pata falla, el sueño y la energía del día siguiente se resienten.
Una idea para probar hoy
Programa una alarma a las 19:45 que diga “últimos diez minutos”. Sirve la cena, apaga pantallas, pon música suave y deja la cocina recogida a las 20:10. Observa tu sueño durante siete noches y anota despertares, energía al despertar y apetito nocturno. Ese registro revela si el cambio te conviene y qué ajustar.










Je teste depuis une semaine: dîner léger avant 20h et tisane, et je dors enfin sans brûlures d’estomac. Merçi pour les menus de 15 min, la soupe miso + tofu c’est top. Je note aussi une énergie plus stable le matin. Vous avez d’autres idées de collations pour eviter d’arriver affamé le soir ?