Muchas casas ya no alcanzan la oscuridad que el cuerpo necesita por la noche.
Un nuevo trabajo presentado por especialistas en cardiología y neuroimagen sugiere que la luz artificial nocturna no solo perturba el sueño. También activa circuitos cerebrales del estrés y se asocia con inflamación de las arterias, dos señales que anticipan más problemas de corazón a medio y largo plazo.
Qué dice la nueva evidencia
El estudio, realizado en Boston y presentado en las Sesiones Científicas 2025 de la American Heart Association, analizó a 450 adultos sin cardiopatía conocida ni cáncer activo. Los investigadores cruzaron mapas satelitales de brillo ambiental con exploraciones PET/CT para medir, a la vez, actividad cerebral vinculada al estrés y signos de inflamación arterial.
El resultado dibuja un patrón claro: a mayor exposición a la luz exterior durante la noche, mayor activación de las áreas cerebrales relacionadas con la respuesta al estrés y más inflamación en los vasos sanguíneos. Esa combinación, que ya se ha asociado con aterosclerosis e infarto, se tradujo en un riesgo cardiovascular más alto durante el seguimiento.
Las personas expuestas a más luz nocturna mostraron más actividad cerebral del estrés y más inflamación arterial.
La exposición elevada se asoció con un +35% de riesgo estimado de enfermedad cardíaca a 5 años y un +22% a 10 años.
Tras 10 años de seguimiento, el 17% de los participantes sufrió un evento cardíaco mayor.
Cómo se midió
La combinación de PET/CT con datos de satélite permitió observar una cadena de efectos biológicos y ambientales con una resolución poco habitual en estudios poblacionales. La técnica de imagen cuantificó el metabolismo de regiones cerebrales que regulan el estrés, así como marcadores de inflamación en la pared arterial. Los mapas nocturnos de luminosidad identificaron barrios y calles con mayor carga lumínica exterior.
Aunque se trata de un trabajo observacional —no prueba causa y efecto—, subraya que la iluminación artificial es un factor modificable. Cambiar la luz que nos rodea resulta más viable que modificar muchos otros determinantes ambientales.
| Horizonte | Dato clave |
|---|---|
| 5 años | Exposición alta asociada a +35% de riesgo estimado de enfermedad cardíaca |
| 10 años | Exposición alta asociada a +22% de riesgo estimado |
| Seguimiento a 10 años | 17% de los participantes desarrolló un evento cardíaco mayor |
Por qué la luz nocturna afecta al corazón
La luz durante la noche interrumpe los ritmos circadianos. El cerebro interpreta que aún es de día y reduce la producción de melatonina. La respuesta de estrés se prolonga, sube el tono simpático y aumenta la frecuencia cardiaca.
Esa activación sostenida envía señales al sistema inmunitario. Los glóbulos blancos se vuelven más reactivos y se incrementa la liberación de mediadores inflamatorios. La pared de las arterias se inflama, lo que favorece que se depositen placas. Con el tiempo, las arterias se endurecen y se elevan las probabilidades de infarto o ictus.
No se trata solo de dormir menos. El color, la intensidad y el momento de la luz importan. Las longitudes de onda frías —ricas en azul— son más potentes para frenar la melatonina y mantener activo al cerebro. Una farola mal orientada o una pantalla a 30 centímetros de la cara provocan estímulos muy distintos, pero ambos suman carga nocturna para el organismo.
Quién corre más riesgo
- Vecinos de calles con farolas intensas, sin pantallas de apantallamiento o con rótulos luminosos.
- Trabajadores a turnos que alternan noches y mañanas y usan pantallas de madrugada.
- Hogares con dispositivos con leds de estado, routers o relojes brillantes en el dormitorio.
- Personas con estrés social o ambiental añadido, como tráfico intenso o bajos ingresos.
- Mayores y pacientes con hipertensión, apnea del sueño o diabetes, más sensibles a la disrupción circadiana.
Qué puedes hacer esta semana
La luz artificial nocturna se puede reducir con medidas sencillas y baratas. Lo más eficaz es actuar en el dormitorio y sobre los hábitos de última hora.
- Apaga pantallas 60-90 minutos antes de acostarte. Activa el modo nocturno del móvil a partir del atardecer.
- Usa bombillas cálidas (tono ámbar) en mesillas y pasillos. Evita focos fríos y muy brillantes por la noche.
- Cubre leds de aparatos con adhesivos opacos. Desconecta el brillo del reloj digital o colócalo fuera del dormitorio.
- Instala cortinas opacas o persianas que bloqueen farolas y rótulos exteriores.
- Coloca sensores de movimiento con luz tenue para baños o pasillos nocturnos. Mejor luz baja y dirigida al suelo.
- Orienta las lámparas para que la luz no incida directa a los ojos. La dirección de la luz cuenta.
- Si necesitas leer, elige una luz cálida de baja intensidad y colócala por debajo de la línea de la vista.
Un miniauditoría casera de 10 minutos
Apaga la iluminación general y observa qué fuentes quedan encendidas. Localiza leds, rótulos que entren por la ventana y reflejos de pasillo. Tapa, reubica o programa lo que no sea imprescindible. Si usas un medidor de luz en el móvil, apunta a oscuridad profunda en el dormitorio; cuanto menos, mejor para el descanso.
Medidas para edificios y ciudades
La evidencia respalda intervenciones urbanas de bajo coste. El apantallamiento de farolas evita que la luz se fugue a fachadas y ventanas. La reducción de intensidad en horas valle recorta la contaminación lumínica sin comprometer la seguridad. Los sensores de presencia y los horarios automáticos disminuyen el tiempo encendido. La elección de tonalidades cálidas en alumbrado exterior reduce el impacto biológico respecto a los tonos fríos.
En comunidades de vecinos, conviene revisar temporizadores de portales y garajes, instalar iluminación dirigida al suelo y sustituir tubos brillantes por tiras cálidas reguladas. En comercios, rótulos y escaparates pueden atenuarse a partir de cierta hora para no invadir viviendas colindantes.
Pistas prácticas para quien ya tiene riesgo cardiovascular
Si convives con hipertensión, colesterol alto o antecedentes familiares, recortar la luz nocturna puede ser una palanca adicional junto a dieta, ejercicio y sueño regular. Diseña una rutina: cena ligera, última pantalla temprano y dormitorio oscuro y fresco. Si trabajas por turnos, usa gafas con filtro ámbar al salir del turno de noche y mantén la habitación lo más oscura posible para dormir de día.
Cuándo pedir ayuda
Si notas insomnio persistente, somnolencia diurna, ronquidos intensos o picos tensionales, consulta con tu profesional sanitario. Mejorar el ambiente lumínico forma parte de una estrategia integral que puede incluir evaluación del sueño, control de factores de riesgo y ajustes de tratamiento.
Este trabajo añade una pieza más al rompecabezas entre ciudad, cerebro y corazón. La iluminación nocturna no es un decorado neutro: moldea ritmos biológicos, altera la respuesta al estrés y se relaciona con más inflamación arterial. Ajustar la luz donde vivimos y dormimos es una intervención asequible que favorece el descanso y podría reducir, a escala poblacional, la carga de cardiopatía.










¿Ese +35% a 5 años es riesgo relativo o absoluto? Sin esa distinción es fácil alarmarse. ¿Hubo control por nivel socioeconómico, ruido y trabajo a turnos?
Vale, apago el móvil, la tele, el reloj… y si puedo, también la farola de la esquina 😅. A ver si mi corazón me lo agradece.