¿Purgar radiadores con la calefacción encendida o apagada? expertos responden y ahorras hasta un 10%

¿Purgar radiadores con la calefacción encendida o apagada? expertos responden y ahorras hasta un 10%

El frío ha vuelto y con él las dudas sobre el mantenimiento doméstico que separa una factura razonable de un derroche innecesario.

La solución suele estar en un gesto sencillo, barato y seguro que muchos posponen por miedo o desconocimiento.

La pregunta del otoño: ¿encendida o apagada?

El aire atrapado en el circuito impide que el agua caliente recorra el radiador con uniformidad. Aparecen áreas frías en la parte superior, la caldera trabaja de más y el consumo sube. La duda llega cada año: ¿se purga con el sistema funcionando o no?

Regla clave confirmada por técnicos: purga con la calefacción apagada y el circuito frío para evitar quemaduras y bajar la presión.

Con el circuito caliente, el agua circula a alta presión y temperatura. Abrir una válvula en esas condiciones aumenta el riesgo de proyecciones y dificulta expulsar solo el aire. Con el sistema frío, el control es mayor y el proceso resulta más rápido y limpio.

Cuándo saber que ya toca purgar

  • La parte alta del radiador permanece fría mientras la baja está caliente.
  • Escuchas gorgoteos, burbujeos o un zumbido irregular al arrancar.
  • La presión de la caldera oscila sin motivo aparente.
  • Tras meses sin uso, especialmente al inicio del invierno.

Guía práctica para una purga segura

Herramientas mínimas

  • Llave de purga o destornillador plano, según el modelo.
  • Recipiente pequeño y un paño.
  • Guantes para manipular válvulas metálicas.

Paso a paso

  • Apaga la calefacción y espera a que el agua esté fría.
  • Localiza el purgador, normalmente en la parte superior del radiador.
  • Coloca el recipiente bajo la válvula para recoger el agua.
  • Gira muy poco a poco hasta que salga aire y, después, un chorro continuo de agua.
  • Cierra la válvula en cuanto el chorro sea estable y sin burbujas.
  • Comprueba la presión de la caldera y reajusta si bajó.

Presión recomendada tras purgar: entre 1 y 1,5 bar en la mayoría de calderas domésticas. Revisa el manómetro.

Qué pasa si purgas con el sistema encendido

Hacerlo en caliente parece más rápido, pero encierra problemas que se repiten cada temporada.

  • Riesgo de quemaduras por agua a temperatura elevada.
  • Más presión en el circuito, lo que dificulta expulsar solo aire.
  • Mayor probabilidad de vaciar en exceso y provocar bajadas bruscas de presión.

Errores habituales que disparan el gasto

  • Dejar salir demasiada agua: obliga a rellenar a menudo y puede introducir más aire si se hace mal.
  • Olvidar el último radiador del circuito: el aire se acumula en los puntos más alejados de la caldera.
  • Purgar con muebles o cortinas pegados al radiador: la convección se reduce y el calor no se reparte.
  • No revisar la presión después: un circuito por debajo de 1 bar rinde peor y sufre arranques constantes.

Tabla rápida de decisiones

Situación Acción Motivo
Radiador frío arriba y caliente abajo Purgar con el sistema apagado Expulsar aire acumulado en la parte superior
Ruidos de gorgoteo en el arranque Purgar y ajustar presión de caldera Burbujeo por aire y oscilaciones de caudal
Presión baja tras purgar Rellenar hasta 1–1,5 bar Garantizar el caudal y el intercambio térmico
Calefacción encendida Esperar a que enfríe Reducir riesgo de quemaduras y salpicaduras

Eficiencia y ahorro: lo que notarás en la factura

Un radiador con aire rinde menos y obliga a la caldera a trabajar más tiempo para lograr la misma temperatura ambiente. Los técnicos sitúan el impacto del purgado y del buen ajuste entre un 5 y un 10% de consumo en muchos hogares, según el estado del sistema y el aislamiento. Es una intervención sin coste que mejora el confort y alarga la vida de la caldera.

La temperatura de uso marca otra diferencia clara: de día, mantener 20–22 °C suele ser suficiente; por la noche, 16–18 °C. Por cada grado que subes, el gasto puede crecer entre un 6% y un 10%. Un termostato programable o inteligente suaviza arranques, evita picos y reduce consumo.

Consejos para sacarle partido a tus radiadores

  • Aprovecha el sol diurno y baja persianas por la noche para conservar calor.
  • Deja libre el frontal del radiador: nada de sofás pegados o faldones largos.
  • Mejora el sellado de ventanas y puertas con burletes y revisa juntas.
  • Ventila 5–10 minutos al día para expulsar humedad y mejorar la sensación térmica.
  • Programa mantenimientos de caldera: filtros limpios y quemadores afinados reducen consumo.

Radiadores diferentes, matices distintos

En aluminio, el calentamiento es rápido y las bolsas de aire se notan enseguida. En hierro fundido, el sistema es más inercial y los síntomas aparecen con retraso, pero el purgado también mejora la inercia térmica y reduce arranques. En toalleros de baño, la válvula suele estar en la parte alta: una purga corta basta para recuperar uniformidad.

¿Cuándo llamar a un profesional?

  • Si tras purgar y ajustar presión persisten zonas frías en toda la vivienda.
  • Si la caldera pierde presión a diario o marca errores repetidos.
  • Si observas fugas en purgadores o llaves de radiador.

Un purgador automático puede ser útil en instalaciones antiguas o con muchos radiadores. Reduce la entrada de aire recurrente.

Una simulación rápida para tu piso medio

Piso de 80 m² con ocho radiadores y caldera mixta. Dos radiadores muestran la parte superior fría y la presión ha caído a 0,9 bar. Tras purgar en frío ambos aparatos y rellenar el circuito a 1,3 bar, el tiempo de calentamiento baja en unos minutos por ciclo y el termostato alcanza antes los 21 °C. Con uso diario, esa mejora puede acercarte a un ahorro del entorno del 7% en consumo de gas durante el periodo de calefacción.

Costes y pequeñas inversiones que marcan

Un purgado doméstico no tiene coste. Un servicio profesional que incluya revisión de caldera y equilibrado hidráulico puede rondar desde 60 a 120 euros según la zona y el número de radiadores. Colocar reflectores térmicos detrás de los radiadores en muros exteriores reduce pérdidas por pared en estancias frías. Un cabezal termostático en dormitorios permite modular por estancia y ganar control sin obras.

Resumen operativo para que no se te olvide

  • Purgar en frío, de los radiadores más cercanos a la caldera a los más lejanos.
  • Cerrar cuando el chorro sea continuo y sin burbujas.
  • Rellenar circuito hasta 1–1,5 bar y comprobar al día siguiente.
  • Repetir al inicio de la temporada y tras trabajos en la instalación.

Si dudas, no improvises con el circuito caliente: apaga, espera y actúa con calma. Tu piel y tu factura lo agradecerán.

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