Este invierno hay margen para ganar calor sin pagar más.
La clave no está solo en la caldera. Gestionar mejor el calor, tu ropa y tus hábitos diarios cambia la sensación térmica en minutos.
El frío se paga: por qué tu casa pierde calor
En España, el hogar medio destina alrededor de 640 euros al año a la calefacción, según la OCU. El importe crece por el precio de la energía y por viviendas mal aisladas. El aire que se cuela por ventanas, suelos fríos y una ventilación mal planificada aceleran las pérdidas.
La ciencia añade un factor olvidado: el cuerpo humano. Somos una máquina de termorregulación. Cuando hace frío, el organismo prioriza el tronco y reduce el riego en manos y pies. Podemos aprovechar ese mecanismo con estrategias simples que multiplican el confort sin encender más radiadores.
OCU: 640 euros al año en calefacción por hogar. Ajustar hábitos puede recortar esa cifra sin reformas.
Tres gestos con evidencia científica
Vístete por capas finas
Varias capas ligeras atrapan aire entre tejidos y crean un colchón aislante. Es más eficaz que una única prenda gruesa. La capa exterior conviene que corte el viento y frene la humedad, incluso dentro de casa si hay corrientes.
- Capa base: tejido que evacúe sudor (algodón o mezcla técnica).
- Capa intermedia: forro fino o jersey que retenga aire.
- Capa exterior: chaqueta ligera que bloquee corrientes.
Aplicado en el hogar, un chaleco ligero sobre una camiseta y un jersey fino cambia la percepción térmica sin tocar el termostato.
Cubre la cabeza y el cuello
No es la zona por la que más calor se pierde, pero sí influye en la señal que recibe el cerebro. Cabeza y cuello abrigados reducen el temblor muscular y estabilizan la sensación de confort. Un gorro fino o una braga de cuello bastan en estancias frías o frente a una ventana.
Muévete cada 30 minutos
La contracción muscular genera calor. No hace falta una rutina intensa. Pequeños bloques de actividad elevan la temperatura corporal de forma natural y sostenida.
- Subir y bajar un tramo de escaleras.
- Fregar platos, pasar la mopa o doblar ropa.
- Sentadillas suaves o caminar por la casa 3–5 minutos.
Tu cuerpo es un radiador: activa la musculatura en ráfagas cortas y constantes para producir calor sin enchufes.
Suma calor sin encender más la calefacción
Además de esos tres gestos, hay ajustes domésticos que reducen pérdidas térmicas con coste mínimo.
- Ventila 10 minutos a media mañana con corriente cruzada. Aireas sin enfriar paredes y suelos.
- Humedez relativa entre 40% y 60%. Con un simple cuenco de agua o tendiendo dentro, el aire “pica” menos y se siente más cálido.
- Cierra rendijas con burletes adhesivos y toalleros en el pie de las puertas. La inversión es simbólica y el impacto, inmediato.
- Cortinas densas y alfombras: crean barrera en ventanas y suelos fríos, y frenan el efecto “pie helado”.
- Radiadores despejados: sin sofás pegados ni cubiertas. Coloca reflectores térmicos detrás para dirigir calor a la estancia.
- Puertas cerradas: concentra el calor en las habitaciones ocupadas; no calientes pasillos.
| Medida | Ahorro estimado | Coste |
|---|---|---|
| Bajar 1 ºC el termostato | 6–10% de consumo | 0 € |
| Burletes en ventanas/puertas | Hasta 5% en pérdidas | Bajo |
| Reflector detrás de radiador | Mejora sens. térmica | Bajo |
| Cortinas densas + alfombras | Reducción de corrientes | Medio |
Mitos que enfrían más de lo que ayudan
- Comer más no te calienta automáticamente. Las calorías extra no se traducen en calor útil a corto plazo.
- Alcohol para “entrar en calor”: provoca vasodilatación, enfría la piel y aumenta el riesgo de hipotermia.
- Duchas muy calientes: alivian al momento, pero pueden dejar sensación de más frío después por evaporación acelerada.
- Velas “calentadoras”: aportan muy poco calor y añaden riesgos de incendio y mala ventilación.
Cómo aplicar los tres trucos en tu día a día
Organiza tu jornada para mantener el cuerpo “encendido” sin esfuerzo. Por la mañana, vístete en capas finas y añade una braga de cuello si trabajas cerca de una ventana. Programa recordatorios cada 30–45 minutos para levantarte, estirar y moverte tres minutos. Antes de sentarte de nuevo, cierra puertas y ajusta cortinas para bloquear corrientes.
Si teletrabajas, alterna tareas que impliquen movimiento: preparar café, recoger la mesa o hacer una breve tanda de orden. Por la tarde, un paseo corto por las escaleras del edificio activa la musculatura y mejora la circulación en manos y pies.
Regla rápida de ahorro: reducir 1 ºC el termostato puede recortar alrededor de un 7% tu gasto en calefacción.
La ciencia del confort: así “lee” el calor tu cuerpo
La piel detecta el cambio de temperatura y, ante el frío, el cuerpo centraliza el riego en el tronco para proteger órganos vitales. Por eso manos y pies se enfrían antes. Las capas finas reducen el intercambio térmico en la superficie y engañan menos a los sensores cutáneos. Cabeza y cuello abrigados estabilizan la señal que llega al cerebro y disminuyen el reflejo de tiritar, que consume energía muscular.
La actividad física eleva el metabolismo y produce calor endógeno. No hace falta sudar: una caminata breve por casa cada media hora mantiene el termostato interno en la zona de confort.
Mantenimiento rápido que marca la diferencia
- Purgar radiadores al inicio de temporada para eliminar bolsas de aire.
- Limpiar rejillas y filtros si usas bomba de calor; un filtro sucio baja el rendimiento.
- Revisar el termostato: coloca el sensor lejos de corrientes o fuentes de calor puntuales.
Temperaturas de referencia recomendadas: 19–21 ºC en zonas de día y 17–18 ºC en dormitorios. Un edredón adecuado y pijama en capas permiten dormir confortablemente sin subir el termostato.
Información práctica para exprimir el ahorro
Simulación rápida: si tu gasto anual ronda los 640 euros, bajar 1 ºC el termostato ahorra unos 45 euros; 2 ºC, cerca de 80–90 euros. Añade burletes y cortinas densas y el ahorro se acumula, mientras mejora la sensación térmica en los pies gracias a las alfombras.
Conceptos útiles: el “clo” mide aislamiento de la ropa. Un conjunto en capas puede sumar 1–1,2 clo y permitirte estar cómodo a 19 ºC. Mantener la humedad relativa entre 40% y 60% evita mucosas secas y reduce la percepción de frío sin encarecer el consumo.
Seguridad antes que calor: ventila a diario aunque haga frío, y no tapes rejillas de ventilación. Si usas aparatos de combustión, instala un detector de monóxido de carbono. El confort vale, la salud más.










¿Bajar 1 ºC el termóstato ahorra 6–10%? ¿Tenéis fuente aparte de la OCU para eso? En mi piso mal aislado no noto tanta diferencia.
¡Gracias por los trucos! Los probé hoy: capas finas + moverme cada 30 min y se notó bastante. También puse cortinas más densas y el salón se siente menos “corrienteado”. 🙂