Miles de macetas se apagan sin ruido, por pequeños errores diarios.
En pleno auge de las plantas domésticas, el especialista Álvaro Pedrera, conocido como @ypikue, vuelve a poner el foco en un enemigo silencioso: el exceso de riego. Su mensaje se ha viralizado porque toca una herida común en los hogares: regar por cariño… y acabar dañando las raíces.
El aviso que inquieta a los principiantes
Pedrera sostiene, tras años de trabajo con productores europeos y la venta de cientos de ejemplares, que la mayoría de bajas en macetas de interior tienen un culpable claro. No es la falta de agua. Es lo contrario.
El exceso de riego satura el sustrato, desplaza el oxígeno y provoca asfixia radicular. La planta se debilita, enferma y pierde vigor.
Cuando el sustrato permanece húmedo durante días, las raíces dejan de respirar. Baja la absorción de nutrientes, la planta se estresa y queda expuesta a hongos. En ese escenario aparecen signos inequívocos.
- Hojas amarillas y blandas, con caída prematura.
- Tallos que se vuelven mush o ennegrecen por pudrición.
- Raíces oscuras y viscosas al sacar el cepellón.
- Moho o setitas en la superficie por humedad constante.
El patrón se repite en pisos con poca luz, riegos “de calendario” y macetas sin drenaje efectivo. La buena noticia: se puede revertir si se actúa rápido.
Qué significa regar de más y cómo evitarlo
Regar de más no es echar “mucha” agua en un día. Es regar más veces de las que la planta puede evaporar o absorber. Influye la luz, la temperatura, el tamaño de la maceta y la textura del sustrato.
La regla práctica: si dudas, espera. Las plantas toleran mejor un día de sequedad que una semana encharcadas.
Señales para ajustar la frecuencia:
- La maceta pesa menos y el sustrato se ve mate y suelto: toca regar.
- El sustrato aún está frío y se pega al dedo a 5–7 cm: espera 48 horas.
- En invierno, la planta consume la mitad de agua que en verano.
El método de rescate paso a paso
Si ya hay raíces podridas, Pedrera propone un protocolo simple y eficaz. Requiere calma y materiales básicos.
- Saca el cepellón y deja airear 24 horas sobre papel absorbente.
- Retira por completo el sustrato viejo para cortar la humedad acumulada.
- Recorta raíces negras o blandas con tijeras desinfectadas.
- Espolvorea canela o carbón activado en los cortes (acción antifúngica suave).
- Trasplanta en sustrato drenante acorde a la especie y maceta con orificios.
- No abones en las primeras 3–4 semanas. Prioriza luz brillante indirecta.
- Riega al cabo de 3–5 días, cuando los primeros centímetros estén secos.
Claves del trasplante inteligente: maceta con agujeros, mezcla aireada (perlita, corteza, fibra de coco) y riegos cortos y espaciados.
Señales de recuperación
- Brotes nuevos y hojas firmes en 2–6 semanas.
- El sustrato se seca de forma más uniforme entre riegos.
- Disminuye el olor a humedad y desaparece el moho superficial.
Prevenir vale más que curar: hábitos que cambian el destino de una maceta
- Usa macetas con drenaje y evita platos con agua estancada.
- Comprueba la humedad con el dedo o por peso antes de regar.
- Adapta el sustrato a cada especie: más aireado para raíces sensibles.
- Riega por inmersión en plantas delicadas y escurre bien.
- Ventila estancias. El aire en movimiento ayuda a secar el sustrato.
- Usa fungicida preventivo tras un episodio de pudrición, si la especie lo tolera.
- Ajusta el riego a la luz: menos luz, menos agua.
Guía rápida por tipos de planta
| Tipo de planta | Frecuencia orientativa | Sustrato recomendado |
|---|---|---|
| Suculentas y cactus | 14–30 días según luz y calor | Muy drenante con arena y perlita |
| Tropicales comunes (pothos, monstera) | 7–10 días, secando 2–3 cm | Aireado con corteza, fibra de coco y perlita |
| Helechos y calatheas | Riegos cortos frecuentes; sin encharcar | Ligero y húmedo, con vermiculita |
| Ficus de interior | 10–15 días; reducir en invierno | Universal con drenaje extra |
| Plantas de flor | Regular, evitando mojar flores | Rico y drenante |
Cómo diferenciar falta de agua de exceso
La confusión es habitual y lleva a errores de riego en cadena. El patrón ayuda a salir de dudas:
- Exceso: hojas amarillas y blandas, tallos flácidos, sustrato húmedo días después del riego.
- Falta: hojas secas y quebradizas, bordes tostados, sustrato que se despega de la maceta.
Si la hoja está blanda y el sustrato sigue húmedo, no riegues. Cambia a un manejo con menos frecuencia y más luz.
Errores domésticos que multiplican el riesgo
- Macetas decorativas sin agujeros usadas como contenedor único.
- Sustrato “universal” compacto para especies de raíces finas.
- Riegos automáticos en invierno sin revisar la humedad real.
- Platos con agua tras el riego y ausencia de escurrido.
- Elegir el tamaño de maceta muy grande: sobra sustrato húmedo sin raíces activas.
Qué pasa después del exceso de riego
Además de la pudrición, llegan las moscas del sustrato y otros hongos que se alimentan de materia en descomposición. Reducir riegos, retirar la capa superior y mejorar la ventilación corta el ciclo. La arena de sílice o una capa fina de perlita seca dificultan su aparición.
Métodos sencillos para ajustar tu riego sin aparatos
- Prueba del peso: levanta la maceta seca y, tras regar, compárala. Vuelve a regar cuando se acerque al peso “seco”.
- Calendario flexible: establece un rango, no un día fijo. Por ejemplo, 7–10 días en otoño para tropicales.
- Riego por inmersión parcial: sumerge media altura de la maceta 10 minutos y escurre. Menos riesgo de encharque.
- Luz primero: si tu planta recibe poca luz, prioriza moverla a un sitio más brillante antes de incrementar el agua.
Información extra para quien empieza hoy
Si acabas de comprar plantas, dedica una semana a observar: cómo pesa la maceta, qué ritmo de secado tiene, qué hace la hoja por la tarde. Ese registro manda más que cualquier calendario. Si te vas de viaje, practica el riego por capilaridad con una mecha de algodón desde un depósito elevado y deja el sustrato aireado.
Para especies sensibles, como calatheas o helechos, el control de humedad ambiental vale más que un riego extra. Un vaso de agua cercano, una bandeja con guijarros húmedos y luz brillante sin sol directo estabilizan la planta y reducen el riesgo de exceso.










Gracias, Álvaro. Llevaba meses regando “por cariño” y mis pothos amarilleaban sin razón. Probé la regla de esperar y la prueba del peso, y en dos semanas recuperaron firmeza. El rescate con sustrato aireado (perlita + fibra de coco) fue mano de santo.