Si cobras 1.200 € al mes, lee esto: el plan real de un jubilado para viajar dos veces al año

Para algunos, empieza con un bolígrafo y tres columnas.

Manuel, 69 años, cobra 1.200 € mensuales y aún reserva dos escapadas. No presume. Explica el sistema y los límites. Su método mezcla rutina, números claros y decisiones pequeñas que no duelen.

El método que cabe en una libreta

Manuel no improvisa a final de mes. Se sienta cada lunes, repasa recibos y marca topes. Usa una regla simple: 70/20/10. Setenta por ciento para vivir sin lujos, veinte para un colchón, diez para alegría. Así evita negociar consigo mismo cada capricho. No persigue chollos imposibles. Evita fugas pequeñas que se comen la pensión.

70/20/10: techo y facturas primero; colchón después; gratificaciones al final. Menos decisiones, más control.

En su cocina hay un sobre para viajes que come de forma fija cada mes. No siempre la misma cantidad. Si el gas sube, el sobre se encoge. Si el dentista da tregua, crece. La clave es que nunca se toca el dinero de casa para pagar el ocio. Su paz está ahí.

Cuentas claras: vivir con 1.200 € sin perder el tren

Este es un reparto tipo que Manuel revisa cada trimestre. No paga alquiler porque la vivienda está amortizada. Si tú pagas renta o hipoteca, calcula ese coste dentro del 70% y ajusta el resto.

Cuando una partida gasta menos, no lo celebra ese día. Mete la diferencia en el sobre o en el fondo. Eso crea avance lento y visible. Los números no motivan; ver el sobre engordar, sí.

Qué recorta y qué no toca

• No toca el colchón ni las facturas básicas.
• Recorta suscripciones que olvidaste pero siguen cobrando.
• Compra carne cuando la va a cocinar ese día; cero desperdicio.
• Planifica menús con legumbres dos veces por semana y congela.
• Compra con lista y espera 24 horas antes de un gasto impulsivo.

Dos reglas que funcionan: lista cerrada al ir al mercado y 24 horas de espera para los “me lo merezco”.

Viajar con calendario, no con suerte

Manuel viaja dos veces al año porque elige cuándo. Temporada baja, martes o miércoles, y fechas flexibles. Compara un par de aeropuertos cercanos y mezcla tren regional con bus si resta 20 o 30 euros al total. El alojamiento lo busca con cocina funcional. La fiesta está fuera, no en el mármol del baño.

Si tiene Tarjeta Dorada de Renfe, los billetes caen. Los descuentos suelen moverse entre el 25% y el 40% según el servicio. Si encaja el calendario del Imserso, aprovecha plazas y, cuando no, vigila cancelaciones de última hora. Todo suma si el plan está pensado con antelación.

Temporada baja + martes/miércoles + Tarjeta Dorada = viajes que caen entre un 20% y un 40% de precio.

Rutas tipo por menos de 200 €

• Oporto en otoño: vuelo con antelación por 50–90 €, tres noches en hostal con cocina por 90–120 €, comidas de mercado por 30–40 €.
• Cádiz fuera del verano: bus o tren regional combinados por 40–80 € ida y vuelta, dos noches por 60–90 €, tapeo medido por 25–35 €.

Son rangos orientativos. La diferencia real la marca tu flexibilidad. Si mueves un día, el precio se desploma. Si exiges un viernes, sube. Manuel prefiere moverse un martes y gastar la diferencia en una comida que recuerde.

Los cinco hábitos que sostienen el plan

• Presupuesto con tope: límites claros para evitar negociar cada semana.
• Compra por ritual: cocinado por tandas, congelador y lista cerrada.
• Efectivo en sobres: viajes y caprichos separados de la cuenta del mes.
• Alertas activas tres meses antes: vuelos y trenes vigilados sin ansiedad.
• Revisión trimestral: ajustar potencias, seguros y tarifas de móvil e internet.

Herramientas senior que suman

• Tarjeta Dorada de Renfe: descuentos habituales del 25% al 40% según servicio y día.
• Programas del Imserso: estancias con copago y plazas limitadas; conviene preinscribirse y revisar cancelaciones.
• Abonos de cercanías y urbano: combinarlos reduce el coste mensual de transporte.
• Tarjetas municipales para mayores: entradas bonificadas a museos, cine de barrio y actividades.

Errores frecuentes que drenan una pensión

• Micropagos invisibles: cuotas de 3–10 € mensuales que no usas.
• Comprar por ansiedad: llenar la cesta para sentir “premio” un día gris.
• Tarifas sin revisar: pagar por datos móviles que no consumes.
• Dejar que el ocio caro coma el colchón y luego tirar de tarjeta.

Si suben los recibos, recorta ocio ese mes, no seguridad. Recupera la alegría cuando el agua vuelve a su cauce.

Cómo aplicarlo si cobras menos o pagas alquiler

La regla 70/20/10 admite versiones. Si pagas alquiler, prueba con un 60/25/15 durante seis meses. El 60% integra renta y facturas, el 25% protege el colchón y el 15% alimenta alegrías y viajes. Si cobras 1.100 €, mueve la palanca a 65/25/10 y negocia con el ocio caro primero. Las proporciones se retocan, la disciplina no.

Simula en frío una subida del 15% en energía o una factura dental. Reserva un margen para esos escenarios. Tener el hueco previsto evita la tentación de parcelar un gasto grande con intereses que te encadenan. Manuel afronta las rachas con previsión, no con épica.

Un mes con viaje dentro, paso a paso

Datos útiles para ampliar el margen

Revisar la potencia contratada de la luz puede liberar 5–10 € al mes. Cambiar a una tarifa móvil semianual ahorra otro pequeño tramo. Juntar tres recados en un solo viaje evita recargas adicionales en transporte. Son decisiones pequeñas que sostienen el sobre de viajes sin sentir el recorte.

Si cumples requisitos de vulnerabilidad, infórmate sobre el bono social eléctrico o descuentos municipales para mayores. No todo es recorte; a veces el margen llega por derechos que no estás usando. Y recuerda: viajar barato no es renunciar, es decidir.