¿Tú también lo haces al llenar la lavadora? este simple gesto dispara tu factura un 15 % de luz

¿Tú también lo haces al llenar la lavadora? este simple gesto dispara tu factura un 15 % de luz

La lavadora lo nota, el contador también.

Muchas familias buscan bajar la factura sin renunciar a ropa limpia. Un hábito muy común impide ese objetivo y añade costes silenciosos. No requiere comprar otra máquina ni trucos raros. Basta con cambiar cómo la cargas.

El error que pagas sin verlo

La idea parece lógica: si entra todo en un ciclo, ahorras tiempo y lavados. La realidad es otra. Cuando llenas el tambor por encima de lo razonable, la ropa no circula, el tambor se desequilibra y el equipo inicia reintentos de centrifugado.

Los sensores de balance detectan que la carga no rueda con fluidez. La electrónica reduce velocidad, redistribuye, vuelve a probar y repite. Cada intento suma minutos y kWh. En mediciones domésticas y de servicio técnico, superar alrededor del 80-85 % de capacidad eleva el consumo entre un 10 y un 20 %.

El titular moderado se queda en un 15 % más de electricidad cuando el tambor va “a reventar”. Tu bolsillo percibe ese salto.

Un caso real que pone números

Marta y Sergio, turnos cruzados y una niña pequeña, concentran “la gran colada” a mitad de semana. Ese día meten sábanas, vaqueros y sudaderas en el mismo ciclo. Su lavadora tarda casi 25 minutos más que cuando reparten mejor la carga.

El contador inteligente registró 0,85 kWh frente a los 0,72 kWh habituales en el programa Eco 40 °C. Parece poco, pero con tres lavados semanales el exceso ronda 162 kWh al año. Con una tarifa media, son unos 35-40 euros; con precios altos, bastante más.

El informe de su comercializadora mostraba picos durante el centrifugado. El técnico no cambió piezas. Les pidió dejar un hueco de un palmo vertical entre la ropa y el “techo” del tambor. Desde entonces, mismo resultado de limpieza, menos tiempo y menos consumo.

Escenario Energía por ciclo Duración Coste anual estimado (3/sem)
Carga óptima (≈75 %) 0,72 kWh Programa base
Sobrecarga (≥85 %) 0,85 kWh +20-25 min +162 kWh ≈ +35-40 €

Por qué ocurre de verdad

Calentar el agua se lleva la mayor parte de la energía. Con la carga apretada, el sensor térmico tarda más en estabilizar y el sistema corrige con pequeños “golpes” de calor. Esos microajustes no se ven, pero suman en la factura.

El motor se enfrenta a una masa compacta de ropa mojada. La lógica intenta redistribuir, frena, arranca y repite. Cada ciclo extra desgasta rodamientos y gomas, además de gastar vatios. El centrifugado pierde eficacia y la ropa sale más húmeda.

Lo que no eliminas en el centrifugado lo pagas en tiempo de tendido o en la secadora. La energía nunca desaparece, cambia de sitio.

La espuma añade otro problema. Sobredosificar detergente con cargas densas activa aclarados adicionales en muchos modelos. Ese aclarado “invisible” puede alargar el ciclo un cuarto de hora y elevar el gasto ese famoso 15 %.

Cómo cargar bien sin pesarte la vida

No hace falta balanza. Piensa en aire y volumen. Deja circular las prendas para que el agua trabaje. La ropa tiene que moverse, no apelmazarse.

  • Objetivo: ocupa entre el 70 y el 80 % del tambor.
  • Hueco de seguridad: deja un palmo vertical entre la colada y la parte superior.
  • Mezcla: combina prendas grandes con pequeñas para romper “pelotas”. Evita todo toallas o todo vaqueros.
  • Detergente: usa la dosis para “suciedad normal”. Con cargas equilibradas, menos espuma significa menos aclarados.
  • Programa: Eco 40-60 para ropa cotidiana que no esté muy manchada. Funciona bien si dejas espacio de giro.
  • “Prueba del giro”: antes de cerrar, mueve el tambor a mano. Si la ropa cae y no forma un bloque, vas bien.

Si la ropa no baila dentro, bailan los números de tu factura. Dale aire al tambor y gana eficiencia.

Señales de que te has pasado de carga

  • Arranques y paradas en el centrifugado, con varios intentos seguidos.
  • Vibraciones y ruido inusual al subir de revoluciones.
  • Aclarados más largos o un último aclarado “sorpresa”.
  • Ropa muy húmeda al final o con olor intenso a detergente.
  • Puerta difícil de cerrar si no presionas la ropa con el antebrazo.

Errores frecuentes que merman rendimiento

Lavar nórdicos o toallas gruesas sin prendas ligeras que rompan la masa forma una esfera compacta. El tambor rebota y no acelera. Alterna texturas, y si lavas edredones, haz un ciclo solo para ellos.

Subir a 60 °C “por si acaso” encarece el ciclo sin mejorar gran cosa en suciedad normal. Bajar un escalón a 40 °C con un buen centrifugado rinde más por kWh.

Filtros y cajetín sucios frenan el flujo. Reserva cinco minutos al mes para limpiarlos. Revisa también que la manguera no quede pinzada detrás del aparato.

Pequeñas decisiones que suman euros ahorrados

La hora elegida no cambia la energía consumida, sí el precio del kWh. Si tu contrato tiene franjas, programa la colada en valle. Con buena carga, el ahorro se multiplica.

Las lavadoras con “carga automática” ajustan agua y detergente, pero no hacen milagros. Si saturas el tambor, incluso el mejor sensor calcula mal. Ayúdalos dejando espacio.

El centrifugado merece atención. Sin secadora, 1200-1400 rpm en toallas y vaqueros reduce el tiempo de secado en el tendedero. Con secadora, puedes bajar revoluciones para minimizar arrugas y trasladar parte del trabajo a la máquina de secado si te compensa.

Preguntas rápidas

  • ¿Una colada al 75 % gasta menos que dos medias cargas? En la mayoría de casos sí: mejor equilibrio, menos tiempo y centrifugado eficaz. Dos medias cargas solo si necesitas separar colores o tejidos que sueltan pelusa.
  • ¿El ciclo “rápido” ahorra siempre? No. Con mucha suciedad o con carga densa suele añadir aclarados o fallar en el centrifugado. El tiempo que “recortas” reaparece en correcciones.
  • ¿Cuánta dosis de detergente con carga óptima? La indicada por el fabricante para suciedad normal y tu dureza de agua. Excederte solo crea espuma y aclarados extra.
  • ¿Cuándo subir a 60 °C? Ropa de cama en procesos puntuales, textiles con manchas biológicas o cuando lo exija la etiqueta. Para el resto, 40 °C y buen espacio de giro rinden mejor.

Ideas prácticas para afinar aún más

Simulación rápida: si haces 220 lavados al año y la sobrecarga dispara un 15 % el consumo medio de 0,7 kWh, el sobrecoste ronda 23 kWh anuales. A precio medio, son varios euros que puedes evitar con un gesto: retirar una prenda antes de cerrar.

Prueba de campo casera: anota el tiempo y el consumo (si tienes contador con lectura instantánea) durante una semana con cargas equilibradas. Repite la semana siguiente “apretando” el tambor. Verás en minutos y kWh la diferencia real de tu equipo y tu tarifa.

Riesgos añadidos de la sobrecarga: más vibración, tornillos que se aflojan, fatiga prematura de amortiguadores y rodamientos. Cuidar la carga no solo recorta luz, también alarga la vida de la lavadora.

Actividad complementaria que paga dividendos: planifica la colada por lotes. Separa en tres montones (prendas cotidianas, toallas, ropa delicada) y rellena hasta el 70-80 % combinando tamaños. Ganas orden y evitas improvisar a última hora.

1 comentario en “¿Tú también lo haces al llenar la lavadora? este simple gesto dispara tu factura un 15 % de luz”

  1. Muy útil. Nunca había caído en lo de dejar un palmo de aire; probé a cargar al 75-80 % y el ciclo tardó menos y salió la ropa menos húmeda. Gracias por los consejos y por poner números, así se entiende el impacto en la factura.

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