xlsx” que, en realidad, no es final. Saben lo que quieren —luz, enchufes donde toca, un baño que no haga ruido—, pero cada cifra que aparece trae otra que nadie vio: licencias, rozas, subir escombros por una escalera sin ascensor. El constructor sonríe con paciencia técnica, ellos con nervios de primera vez. Una hoja tras otra, todo parece viable hasta que no lo es. La trampa estaba en los detalles.
¿Dónde se va realmente el dinero?
Un presupuesto de reforma no es una cifra, es un mapa de decisiones. Lo que se come el dinero no siempre es lo vistoso, sino lo que no sale en Instagram: instalaciones, nivelaciones, tiempos muertos. Allí se esconde el ruido del taladro y la línea roja del Excel.
En cocinas y baños se van los billetes con una facilidad asombrosa: fontanería nueva, electricidad, impermeabilizaciones, muebles a medida. En España, según presupuestos reales de gremios y portales del sector, una reforma integral ronda 600–1.200 €/m²; un baño completo, 3.000–8.000 €; una cocina media, 6.000–15.000 €. La licencia y tasas pueden sumar un 2–4 % sin que nadie lo fotografíe.
La estructura del gasto suele dividirse en cinco partidas: obra y demoliciones, instalaciones, carpinterías, acabados, honorarios y licencias. Una pauta razonable: 35 % obra, 25 % instalaciones, 15 % carpinterías, 15 % acabados, 10 % honorarios/tasas. Mueve una pieza y el resto se recoloca. Un azulejo más caro no ruina el plan si la instalación ya estaba prevista; cambiar de distribución, sí.
Método práctico para presupuestar sin sustos
Empieza por lo que no se ve: mide cada estancia, anota metros cuadrados y lineales, lista partidas por orden de dependencia. Fija una **línea base**: “mínimos técnicos” que garantizan seguridad y confort. Añade un **colchón del 15%** desde el día uno. Respira, la reforma no te manda a ti.
Todos hemos vivido ese momento en el que un detalle bonito se come tres semanas de trabajo. Seamos honestos: nadie hace realmente eso todos los días. Evita el clásico error de comprar acabados antes de tener el presupuesto de instalaciones. Calcula el IVA, las tasas y el contenedor. No pagues grandes anticipos sin calendario y hitos. Y pide tres precios comparables con mediciones: no compres “promesas”, compra líneas y cantidades.
Usa una pauta sencilla: **regla 70-20-10**. Un 70 % para “lo imprescindible” (estructura, instalaciones, seguridad), 20 % para “mejoras que elevan el valor” (iluminación, almacenaje), 10 % para caprichos medidos.
“El mejor presupuesto no es el más barato, es el que aguanta la obra sin sorpresas”, me dijo Maite, jefa de obra, con las manos aún llenas de polvo.
- Desglose por conceptos, no por totales.
- Fechas de pago vinculadas a hitos visibles.
- Plan de cambios: cuánto cuesta mover cualquier cosa.
- Lista de exclusiones expresa, firmada.
Planifica con cabeza, decide con calma
Un presupuesto vivo necesita reglas claras y margen para respirar. Si puedes, bloquea precios de materiales con albarán y fecha. Si no, pacta revisión acotada. Define “no negociables” antes de mirar catálogos: altura de encimeras, puntos de luz, aislamiento acústico en tabiques críticos. Esa lista te ahorra discusiones y dinero cuando la obra aprieta.
Haz un calendario que se parezca a la vida real. Pintar no puede ir antes de cerrar rozas, y el montador de cocina necesita suelo colocado y paredes a plomo. Un retraso de tres días en carpinterías tumba todo el castillo. La mayoría de sobrecostes salen de descoordinación entre oficios, no de materiales caros.
Introduce el factor “uso”. Si teletrabajas, invierte en una línea eléctrica dedicada para tu puesto y en luz regulable. Si cocinas mucho, mejor encimera resistente que azulejo de moda. El presupuesto no solo compra materiales, compra rutina. Dos enchufes de más hoy valen menos que un regleta fea mañana. Un buen **desglose por partidas** te permite mover dinero entre cajones sin romper el conjunto.
Lo que cambia el juego cuando los números cambian
Una reforma siempre mueve cifras. Lo normal no es que salga todo perfecto, lo normal es saber reaccionar. Si aparece una bajante donde pensabas un armario, pausas, reordenas, y decides qué recortar sin tocar la seguridad. Tal vez ese suelo continuo se queda solo en zonas de paso. O ese mueble a medida se vuelve modular. No es renuncia, es diseño que escucha el presupuesto.
Negocia con transparencia. Si el constructor propone una alternativa más barata, pide el porqué y dónde se siente el ahorro: tiempo, material, complejidad. A igualdad de precio, elige lo que simplifique la obra. Un alicatado a 60×60 coloca más rápido que un 10×10, y eso es mano de obra que no verás en la tienda.
Hay un detalle sutil: lo barato es caro si lo cambias en dos años. Mejor grifo robusto que no gotea que cinco cambios del bonito de catálogo. El presupuesto de hoy también paga el silencio de mañana, la ducha que no vibra, el vecino que no llama. Planificar bien una reforma es una forma de cuidar el ánimo y los números a la vez.
| Punto Clave | Detalle | Interés para el lector |
|---|---|---|
| Partidas y porcentajes | 35 % obra, 25 % instalaciones, 15 % carpinterías, 15 % acabados, 10 % honorarios | Visualiza dónde se va el dinero y qué mover sin romper el conjunto |
| Margen de imprevistos | Colchón del 10–15 % desde el inicio, no al final | Evita sustos y decisiones precipitadas a mitad de obra |
| Comparativa real | 3 presupuestos con mediciones idénticas y exclusiones firmadas | Comparas peras con peras, no promesas contra deseos |
FAQ :
- ¿Cuánto cuesta una reforma integral por m² en 2025?Los rangos más habituales se mueven entre 600 y 1.200 €/m², según nivel de calidades, complejidad y estado previo de la vivienda. En zonas premium o con cambios estructurales, puede superar 1.500 €/m².
- ¿Qué porcentaje reservo para imprevistos?Entre 10 y 15 %. Si el edificio es antiguo o hay cambios de distribución, sube a 20 % para cubrir sorpresas en instalaciones o estructura.
- ¿Conviene comprar materiales por mi cuenta?Puedes ahorrar en algunos acabados, pero pierdes garantías de plazos y coordinación. Si compras tú, pacta logística, responsabilidades y referencias exactas por contrato.
- ¿Cómo comparo presupuestos de forma justa?Con un pliego único: mismas mediciones, calidades y marcas. Exige plan de obra, hitos de pago, lista de exclusiones y precio de cambios unitarios.
- ¿Puedo reformar por fases para repartir el gasto?Funciona si separas circuitos y limites de obra con cabeza. Primera fase: instalaciones troncales. Segunda: acabados y carpinterías. Menos romántico, más sostenible para tu bolsillo.










Gracias por la regla 70-20-10, me baja la ansiedad 🙂 Para un piso de 75 m² con cocina y baño completos, ¿tiene sentido fijar un colchón del 15% o bastaría 10%?