En la obra se habla de metros, de plazos y de hormigón. Del dinero, bastante menos. Lo que se oye a menudo son cifras al vuelo, promesas en voz baja y nóminas que no se parecen entre sí. Santiago Carpintero viene a romper ese rumor de fondo y a poner números donde sólo había intuiciones.
Santiago baja con el termo en la mano, saluda con un gesto, y se guarda los guantes en el bolsillo trasero del pantalón, curtido por años de obra. Su móvil vibra sin parar: albañiles, encofradores, peones de media España le escriben lo mismo, “¿cuánto se cobra de verdad?”, como si existiera una cifra mágica que arreglara todo. Le piden que hable claro, que diga lo que nadie dice en el bar ni en la caseta. Santiago respira, abre la app de notas, mira la cámara y se lanza. Y abre la caja.
Lo que dijo y por qué incomodó
La primera frase fue un martillazo: “No hay un sueldo, hay muchos sueldos”. Santiago explicó que el salario en construcción no es una sola cifra, sino una suma de piezas: salario base de convenio, plus de peligrosidad, dietas, kilometraje, horas extra, nocturnidad y, en muchos casos, destajo. Cada pieza se mueve según el oficio, la provincia y el tipo de obra. Lo que cobra un oficial de primera en Valencia no cuadra con un encofrador en Bilbao, y menos con un autónomo que trabaja por precio cerrado. *La verdad no siempre cabe en una nómina.*
Puso un ejemplo que encendió comentarios: dos trabajadores en la misma obra, uno oficial de primera contratado y otro subcontratado por rendimiento. El primero, 1.430 euros netos con dos horas extra semanales y dietas fijas de 10 euros. El segundo, 1.880 netos un mes fuerte, 1.300 el mes siguiente cuando la obra se ralentiza. Los dos se cruzan en el mismo andamio, cobran en fechas distintas y pagan impuestos diferentes. Ahí está el lío: estabilidad frente a variabilidad, y la sensación de que a veces gana más quien más arriesga.
Luego vino la disección que pocos quieren oír: bruto no es neto, y el “a tanto la hora” nunca cuenta las horas muertas, los traslados ni el desgaste del cuerpo. Santiago replicó una creencia común: que las horas extra “salvan” el mes. Sí y no. Salvan cuando se pagan, cuando se registran y cuando no se come el margen el gasoil del coche o el bocadillo en carretera. **El sueldo real empieza cuando sumas todo lo que entra y restas todo lo que se va.** Es contabilidad básica, pero en la obra las cuentas suelen hacerse con prisa.
Cómo calcular tu sueldo real en obra
El método que Santiago propone cabe en un papel doblado: primero, apunta en una columna todo lo que entra cada semana (base, pluses, dietas, incentivos, destajo, horas extra reales). En otra, todo lo que sale por currar (desplazamientos, peajes, comidas, herramienta, autónomos si corresponde, cuotas, formación). Luego pasa todo a una media mensual y a una media por hora efectiva, no por hora contratada. **Negociar sin números es ir a ciegas.** Cuando ves esa cifra por hora efectiva, empieza de verdad la conversación con tu encargado o contigo mismo.
Errores típicos que él ve a diario: confundir dietas con salario, mezclar bruto con neto y olvidar que las pagas extra pueden estar prorrateadas. También el clásico de no anotar desplazamientos o decir “da igual, hoy no apunto”. Todos hemos vivido ese momento en que el cansancio manda y la libreta se queda en la guantera. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Aun así, dos minutos al final de la jornada dan una foto más real que cualquier rumor en el vestuario. Y esa foto te quita broncas a final de mes.
La otra clave es saber leer el convenio provincial y tu categoría, sin miedo a preguntar al delegado o al administrativo. Santiago lo resumió en una frase que vale para cualquier oficio: haz que el papel te defienda a ti, no al revés. Aquí dejó un mensaje claro, de esos que cambian decisiones.
“Si no sabes cuánto vales por hora efectiva, decides por orgullo o por miedo. Cuando lo sabes, decides por números.” — Santiago Carpintero
- Revisa convenio y categoría: base, pluses y pagas extra.
- Calcula horas efectivas: sin viajes, sin parones, sin espera de camiones.
- Apunta dietas, kilómetros y peajes por día, no a ojo.
- Separar bruto y neto: impuestos, cotizaciones y cuotas.
- Guarda justificantes: la memoria engaña cuando aprieta el mes.
Lo que viene: presión, oportunidades y un pacto tácito
La construcción vive una contradicción bonita y dura: faltan manos en muchos oficios y, al mismo tiempo, sobran intermediarios en algunas obras. Hay presión por terminar antes, por pagar menos y por competir con empresas que tiran los precios. Ahí asoman oportunidades reales para quien sabe mostrar su productividad y poner un precio claro por hora efectiva. Y también para empresas que quieran fidelizar equipos con calendarios reales y pagos puntuales.
Santiago no vendió humo, habló de pactos. El primero es contigo: decidir cuántas horas vas a trabajar sin romperte, cuántos kilómetros estás dispuesto a conducir y qué formación quieres añadir para subir de tramo. El segundo, con quien te paga: definir por escrito cómo se contabiliza el tiempo, cuándo se paga y qué pasa si la obra se para o si el tajo cambia. Lo otro son malentendidos que luego suenan a queja. A nadie le gusta eso, ni al jefe ni al que sube el ladrillo.
Hay un último detalle que quedó resonando en la caseta mientras el café se enfriaba. El sueldo es dinero, sí, pero también calendario, salud, previsión y respeto. No se mide sólo por lo que entra en tu banco a fin de mes, sino por lo que te queda de vida cuando cierras la puerta de casa. Cobrar bien también es llegar entero al domingo. Compartir estas cuentas entre compañeros abre caminos: te obliga a hablar, a exigir papeles claros y a negociar con calma. No hace ruido en la obra, hace futuro.
| Punto Clave | Detalle | Interés para el lector |
|---|---|---|
| Brecha entre bruto y neto | Impuestos, cotizaciones, pagas extra prorrateadas y pluses no salariales | Evita sorpresas y permite comparar ofertas reales |
| Variabilidad por oficio y provincia | Convenios distintos, pluses de peligrosidad, destajo, ritmos de obra | Explica por qué dos nóminas del mismo tajo no se parecen |
| Hora efectiva vs. hora contratada | Restar viajes, esperas y parones; anotar gastos diarios | Base sólida para negociar salario o precio por obra |
FAQ :
- ¿Cuánto cobra de media un oficial de primera en España?Depende del convenio y la provincia. En muchos casos, el neto mensual ronda 1.300–1.600 euros con pagas prorrateadas, subiendo con horas extra, dietas o destajo cuando la obra aprieta.
- ¿Qué cambia entre trabajar por cuenta ajena y como autónomo?Con nómina tienes cotización, vacaciones pagadas y estabilidad; como autónomo asumes cuotas, herramienta y riesgos, pero puedes ganar más en meses de alta productividad.
- ¿Cómo se pagan las horas extra en construcción?El convenio marca recargos y límites. Deben registrarse y abonarse en nómina o compensarse en descanso, no quedarse en “ya te lo arreglo el mes que viene”.
- ¿Las dietas forman parte del salario?Son indemnizatorias, no salariales, y cubren gastos de comida y desplazamiento. No siempre cotizan ni tributan igual, y no sustituyen una subida de salario base.
- ¿Qué mirar en el contrato antes de firmar?Categoría, salario base, pluses, jornada, cómo se registran las horas, si hay pagas extra prorrateadas y el convenio aplicable. Lo que no está escrito, vuela.










Por fin alguien que lo dice claro: no hay “un sueldo” sino piezas que suman o restan. Me ha servido el truco de calcular la hora efectiva y no la contratada; nunca contaba peajes ni el bocata en carretera. Y ojo con las dietas: no son salario. También me cuadró lo de Valencia vs Bilbao; en mi cuadrilla pasa igual. Gracias, Santiago, menos rumor y más número. Pequeño pero: faltó esplicar mejor lo de pagas prorrateadas y cómo registrár las extras.
Vale, pero nada nuevo bajo el sol. Todos sabemos q el destajo puede inflar un mes y hundirte al siguiente, y casi nunca se cuentan las horas muertas. Además, sin hablar de cuotas de autonomos y herramienta, el “neto” queda a medias. Suena bien, pero corto.