Rosa Montero, periodista: “La imaginación no es una evasión: es una manera de entender la realidad.”

Rosa Montero, periodista: “La imaginación no es una evasión: es una manera de entender la realidad.”

En tiempos de titulares veloces y pantallas encendidas, esa frase suena a herejía útil. Porque, cuando las cosas se rompen o se vuelven ininteligibles, mirar con imaginación no es huir: es encontrar una rendija. Ahí, la periodista madrileña, veterana en El País y autora de libros que mezclan memoria, ciencia y piel, abre una puerta que no sabíamos que teníamos.

Es un martes con olor a café. En una mesa de bar de barrio, una mujer subraya un párrafo de Rosa Montero y sonríe como quien reconoce una verdad vieja con zapatos nuevos. Afuera, la ciudad corre; adentro, la frase deja una calma rara: “La imaginación no es una evasión: es una manera de entender la realidad”. La escena es pequeña y, sin embargo, cambia la temperatura del día. Porque al leer a Montero, uno se da cuenta de que entender no siempre llega por la vía recta. A veces hay que entrar de lado. Un chispazo.

Imaginación como método para mirar más hondo

Montero no usa la imaginación para endulzar lo real, sino para iluminarlo. Eso se nota en sus columnas y en sus libros: en la elección de una imagen, en esa comparación inesperada que encaja como una llave y abre la puerta del sentido. No es ornamento, es herramienta. La imaginación, bien usada, hace zoom en lo humano sin perder el encuadre. Cuando un dato se queda corto, una historia precisa —no cualquiera— te guía al nudo del asunto.

Un ejemplo poderoso: La ridícula idea de no volver a verte. Montero conversa con el duelo de Marie Curie y lo enlaza con su propio duelo, y en esa mezcla humilde surge una claridad que la pura cronología no da. Una lectora me contó que lo leyó en turnos de noche, en una sala silenciosa de hospital. No buscaba consuelos, buscaba sentido. Y, página a página, entendió mejor su cansancio. Todos hemos vivido ese momento en el que una imagen nos explica por dentro algo que no sabíamos nombrar.

Hay una razón cerebral detrás: pensamos en narraciones, no solo en listas. Las metáforas ordenan caos, agrupan piezas dispersas y permiten ver patrones. Esto no autoriza a inventar hechos; obliga a elegir el foco que revela la trama. Montero lo practica con disciplina: recoge voces, coteja fuentes, y luego encuentra la imagen justa. No es escapismo, es precisión emocional y cognitiva. Por eso la idea permanece cuando el titular ya pasó: porque ancla en algo que también es real, aunque no tenga cifras.

Cómo entrenar esa mirada sin perder el suelo

Un gesto práctico: antes de escribir, dibuja un “mapa de preguntas”. No empieces por la tesis, empieza por lo que no entiendes. Anota tres escenas concretas que encarnen el tema, tres metáforas posibles y una contraimagen que te contradiga. Luego, pregunta “¿qué pasaría si…?” en voz baja. Ese “si” no es licencia para fabular, es un simulador para entender causas y consecuencias. Cuando encuentres la imagen que explique, pruébala contra el dato.

Errores frecuentes: usar la imaginación como purpurina, no como lupa. Forzar comparaciones grandilocuentes que tapan el hecho. Confundir emoción con sentimentalismo. Y también la trampa de la productividad forzada: querer tener “ideas geniales” a demanda. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Lo que sí ocurre es que una rutina sencilla —leer variado, tomar notas breves a cualquier hora, dejar reposar— genera chispazos confiables. Cuida el oído: la buena imagen siempre suena natural cuando la lees en voz alta.

Montero lo ha dicho con claridad: la imaginación es una forma de pensamiento. No un lujo, un método. La realidad se entiende mejor cuando permites que te hable con varias voces.

“La imaginación no es una evasión: es una manera de entender la realidad.” —Rosa Montero

  • Ejercicio rápido: describe tu tema sin adjetivos en 5 líneas; luego busca una sola imagen que lo contenga.
  • Regla casera: metáfora sí, pero verificable con ejemplos reales.
  • Banco de escenas: guarda momentos breves, con olores y gestos; ahí aparecen las claves.
  • Prueba de fuego: si la imagen funciona, ilumina; si complica, estorba.
  • Distancia ética: jamás inventes hechos; la imaginación ordena, no suplanta.

Cuando imaginar es cuidar la realidad

Si algo enseña Rosa Montero es a mirar las fisuras. Ahí entra la imaginación: por el lugar donde el dato desnudo se queda sin voz. En tiempos de ruido, esa mirada no distrae, concentra. Sirve al periodismo y a la vida cotidiana: entender por qué una ciudad se vuelve áspera, por qué una conversación se enreda, por qué un miedo crece sin nombre. Imaginamos para poder nombrar, y al nombrar, elegimos cuidar.

Hay otra lección callada en su obra: la curiosidad no vence por KO, gana a los puntos. Lectura tras lectura, paseo tras paseo, anotación tras anotación. Cuando emerge la imagen correcta, no brilla por capricho, sino porque hace justicia a lo que pasa. Y en ese instante, el mundo no se vuelve más fácil, se vuelve más legible. No es un adorno, es un modo de pensar con responsabilidad.

¿Para qué nos sirve hoy? Para no rendirnos al cinismo ni a la literalidad plana. Para recordar que lo real también tiene metáforas, y que nombrarlas con cuidado ayuda a comprendernos. Tal vez por eso, cuando citamos a Montero, el clima de la conversación cambia un poco. Se abre un espacio donde pensar sin prisa. Y ahí, a veces, aparece la verdad que faltaba.

Punto Clave Detalle Interés para el lector
Imaginación como método Usar imágenes precisas para revelar patrones reales Mejor comprensión de temas complejos sin perder rigor
Rutina creativa Mapa de preguntas, banco de escenas, lectura variada Herramientas aplicables en trabajo y vida diaria
Ética narrativa No inventar hechos; la metáfora ordena, no suplanta Confianza y credibilidad en lo que cuentas

FAQ :

  • ¿Quién es Rosa Montero y por qué se habla tanto de su frase?Periodista y novelista española, referente en El País. Su frase resume una ética: imaginar para entender, no para huir.
  • ¿No choca la imaginación con el periodismo?No, si se usa como lupa y no como disfraz. Hechos primero, imágenes después para clarificar.
  • ¿Cómo aplico esto si no soy escritor/a?Piensa en escenas y metáforas concretas cuando expliques algo: en el trabajo, en clase, en casa. Funciona.
  • ¿Qué libros suyos exploran esta idea?La loca de la casa, La ridícula idea de no volver a verte y El peligro de estar cuerda dialogan con creatividad y realidad.
  • ¿Y si me bloqueo y no “me sale” la imaginación?Descansa, pasea, toma tres notas pequeñas y vuelve. Las buenas imágenes llegan después del reposo.

1 comentario en “Rosa Montero, periodista: “La imaginación no es una evasión: es una manera de entender la realidad.””

  1. Qué bien explicado el “método” de Montero: no adorno, herramienta. Me ayudó la idea de probar la imagen contra el dato; ese “zoom en lo humano” sin perder el encuadre. Tomo nota del mapa de preguntas y del banco de escenas. Me sirve para trabajo y vida diaria: menos ruido, más foco. Gracias por bajar la teoria a ejercicios concretos.

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