El problema suele empezar en el aislamiento.
Muchos hogares han mejorado ventanas y paredes sin atender a un detalle decisivo: el vapor de agua. Ese olvido, común y caro, desencadena condensaciones ocultas que pudren yesos, hinchan la madera y disparan el gasto energético.
El fallo silencioso: aislar sin pensar en el vapor
El error más dañino no es usar “poca” lana mineral o colocar mal un panel. Es convertir la casa en una bolsa hermética sin una vía ordenada para que el vapor salga. Cocinar, ducharte o respirar genera litros de agua al día. Si esa humedad atraviesa el aislamiento y encuentra frío en el interior del muro, condensa. Se queda en la pared, no a la vista.
El gran fallo no es aislar mal, sino aislar sin gestionar el vapor: sin freno de vapor y sin ventilación controlada.
Ocurre mucho al trasdosar fachadas por el interior con lana mineral sin freno de vapor continuo, al sellar cajas de persiana con espuma sin rematar juntas, o al forrar el techo del ático y tapar la ventilación del bajo cubierta. El resultado: moho, olor a cerrado, pinturas que se pelan y hongos que vuelven cada invierno.
Cómo reconocer que ya te está pasando
No necesitas un laboratorio. Varias pistas delatan la condensación intersticial y los puentes térmicos.
- Manchas oscuras en esquinas frías, detrás de muebles o en la cara superior de los armarios.
- Yeso abombado o pintura que “llora” en invierno, sobre todo tras noches frías.
- Ventanas nuevas con marcos secos pero paredes húmedas alrededor.
- Moho en el techo del baño pese a ventilar con la ventana abierta.
- Olor a humedad en cajas de persiana y zócalos.
- Mediciones de humedad relativa por encima del 60% sostenido en casa.
- Consumo de calefacción alto con sensación de “frío húmedo”.
Nunca coloques lana mineral sin un freno de vapor continuo en la cara caliente de la habitación.
Pruebas rápidas que puedes hacer por menos de 20 euros
Confirma el problema de forma simple antes de gastar en obras.
- Higrómetro básico: por 10–15 euros sabrás si tu casa supera el 60% de humedad relativa.
- Test del plástico: pega un film transparente en la pared fría por 48 horas; si se empaña por dentro, hay vapor que condensa.
- Mapa con el móvil: una cámara térmica para smartphone es cara, pero muchas ferreterías la alquilan un día. Un vistazo basta para ver puntos fríos.
Plan barato para cortar el problema
Sellados y ventilación mínima
La clave es equilibrar: impedir que el vapor penetre en el aislamiento y, a la vez, darle una salida controlada.
- Burletes en puertas y juntas de ventanas para cortar infiltraciones no deseadas.
- Juntas de silicona o cinta estanca en cajas de persiana, marcos y enchufes de muros de fachada.
- Extractor en baño con temporizador o higrostato. Vale más que abrir la ventana después de ducharte.
- Rejillas autorregulables en estancias secas si la vivienda es muy hermética.
Freno de vapor inteligente y juntas herméticas
Si vas a mejorar un trasdosado interior, instala un freno de vapor “inteligente” en la cara caliente (lado habitación), con todas las solapas solapadas y cintas específicas. No sirve graparlo sin continuidad ni dejar huecos en enchufes. Cada perforación se sella.
En techos de ático, no tapes la cámara de ventilación bajo teja. Aísla por debajo pero respeta una entrada de aire en el alero y una salida en cumbrera.
Aislamientos que sí funcionan por poco
- Panel XPS o PIR fino (20–30 mm) en zonas críticas, bien sellado, detrás de radiadores y muebles grandes.
- Revestimiento térmico en cajas de persiana con panel rígido y cinta estanca en juntas.
- Pintura anticondensación como apoyo, nunca como única solución.
Errores frecuentes que multiplican el daño
- Forrar por dentro muros de piedra o ladrillo sin estudiar el punto de rocío.
- Espuma expansiva “a lo loco” en encuentros sin resolver la continuidad del freno de vapor.
- Comprimir la lana mineral dentro de la perfilería: pierde espesor y capacidad térmica.
- Tapar respiraderos del bajo cubierta “para que no entre frío”. La madera necesita ventilar.
- Ventanas herméticas sin ventilación de aporte. El aire viciado se queda dentro.
Guía express de diagnóstico y arreglo
| Síntoma | Causa probable | Solución barata |
|---|---|---|
| Moho en esquinas | Punto frío y vapor atrapado | Panel XPS 20 mm sellado + rejilla autorregulable |
| Pintura que se pela | Condensación intersticial | Freno de vapor continuo y cintas estancas |
| Olor en cajas de persiana | Filtraciones y puentes térmicos | Revestir con panel rígido y sellar perímetro |
| Vaho persistente en baño | Extracción insuficiente | Extractor con higrostato y 20 min de arrastre |
| Frío junto a rodapié | Puente en encuentro suelo-muro | Zócalo térmico con tira XPS y sellado |
¿Cuánto puede costarte arreglarlo sin obras mayores?
- Higrómetro + burletes + silicona estanca: 40–60 euros.
- Extractor con higrostato: 60–120 euros y 1 hora de instalación.
- Panel XPS 20–30 mm para 10 m²: 80–120 euros, cortes limpios y juntas selladas.
- Freno de vapor y cintas para una pared estándar: 70–120 euros, si ya tienes trasdosado abierto.
La combinación de sellado correcto, ventilación mínima y freno de vapor bien colocado suele bajar el moho en semanas.
Cuándo llamar a un técnico y qué pedir
Si hay madera estructural, aislamiento húmedo o sospecha de filtraciones de cubierta, pide una inspección con termografía y sonda de humedad. Solicita un cálculo de punto de rocío para tu pared real (capas y espesores), no un consejo genérico. En viviendas históricas, la solución suele pasar por materiales transpirables y gestión de sales, no por envolver todo en plástico.
Un informe básico con termografía cuesta menos que reparar un tabique. Evita tratamientos “milagro” que solo pintan por encima del problema.
Más ideas útiles para tu casa
Si vas a cambiar ventanas, pide microventilación o entradas autorregulables en estancias secas. Te dará control del aire sin perder confort. Coloca reflectores detrás de radiadores en muros de fachada para dirigir el calor hacia el interior. Revisa canalones y goterones: una bajante obstruida dispara la humedad en muros y hace inútil cualquier aislamiento.
Para viviendas con calefacción por gas o biomasa, un simple control de humedad objetivo (higrómetro visible) ayuda a ajustar ventilación diaria y evitar condensaciones. Mantén la humedad entre 40% y 55%. Si superas esos valores de forma crónica, considera un deshumidificador de bajo consumo. Es más barato que reparar mohos repetidos y mejora el rendimiento de la calefacción.










Excelente guía; el test del plástico me salvó la pared.