El rumor sube, la pizarra espera. Algo se ha roto en clase.
En un instituto de Mula, una profesora de matemáticas cuenta una escena que ya suena familiar en muchos centros: arranca la hora, pero la lección tarda en empezar. Mientras, los datos oficiales confirman que la disciplina se erosiona y que la fatiga docente crece.
Una profesora en Murcia al límite
Laura, docente de Secundaria, describe jornadas en las que invierte 20 minutos en recuperar el silencio. Asegura que necesita pedir calma cada cinco minutos y que rara vez logra encadenar dos de explicación delante de la pizarra. El final de la clase tampoco ayuda: parte del grupo guarda antes de tiempo, como si el timbre sonara para todos a destiempo.
Arrancar una clase exige 20 minutos de llamadas al orden y el hilo se rompe cada cinco.
Lo que más le asusta no es el ruido, sino el mensaje. Hay días en los que hasta 20 alumnos le dicen a la cara que no van a atender. No buscan conflicto; simplemente no ven motivo para escuchar. Esa frase, repetida, desgasta a quien enseña y también a quien sí quiere aprender.
Las cifras que duelen
La fotografía estadística coincide con el relato. España dedica más tiempo que la media internacional a poner orden antes de enseñar. A eso se suman niveles de estrés preocupantes y un número significativo de docentes que piensa dejar la profesión en pocos años.
| Indicador | España | OCDE | UE |
|---|---|---|---|
| Tiempo de clase para recuperar disciplina (Secundaria) | 18 % | 15 % | 15 % |
| Tiempo de clase para recuperar disciplina (Primaria) | 20 % | 15 % | 15 % |
| Docentes que piensan dejar la docencia (5 años) | 19 % | 27 % | 24 % |
| Estrés alto en el profesorado (Secundaria) | 16,4 % | 19,3 % | 16 % |
| Estrés alto en el profesorado (Primaria) | 15,9 % | — | — |
| Aulas percibidas como ruidosas y desordenadas (Secundaria) | 29 % | — | — |
| Aulas percibidas como ruidosas y desordenadas (Primaria) | 24 % | — | — |
| Alumnado con alteraciones de conducta | ≈ 20 % | — | — |
Cada semana se esfuman hasta 3 horas en Secundaria y 5 en Primaria solo para volver al punto de partida.
Los porcentajes dibujan algo más que ruido: ralentizan el currículo, dañan el clima del aula y empujan a los nuevos a abandonar antes de consolidarse. El estrés no viene solo por la carga de trabajo; nace, sobre todo, de una sensación de pérdida de control.
Qué hay detrás del “me da igual”
Factores que señalan docentes y orientadores
- Déficit de sueño en adolescentes y uso nocturno de pantallas.
- Normas poco claras o poco consistentes entre aula, pasillo y casa.
- Ratios ajustadas y poco personal de apoyo para conducta y salud mental.
- Escasa práctica de hábitos atencionales: lectura sostenida, toma de apuntes, escucha activa.
- Evaluaciones que llegan tarde: el alumno no conecta esfuerzo con resultado.
A todo eso se suma un dato clave: alrededor del 20 % del alumnado presenta alteraciones del comportamiento como falta de atención, hiperactividad, impulsividad o episodios de agresividad. Cuando esos perfiles se concentran en el mismo grupo, el contagio conductual multiplica los problemas.
Cuando cinco interrumpen, veinticinco aprenden peor. La brecha crece con cada interrupción.
Aula ruidosa, aprendizaje en riesgo
Diez minutos perdidos al día parecen poco, pero, sumados, vacían semanas enteras. El profesor simplifica explicaciones para “llegar” y deja menos espacio a la práctica guiada. El alumno que necesita más tiempo se desconecta antes. El que va bien se aburre y el ambiente se crispa. Al final, todos rinden por debajo de su potencial.
La pérdida no es solo académica. El conflicto repetido deteriora la relación docente-alumno, un factor decisivo para retener al alumnado vulnerable. Sin vínculo, la clase se vuelve transacción y el “no pienso atender” aparece como respuesta automática.
Qué pueden hacer familias y centros desde mañana
Medidas de impacto rápido
- Rutina de inicio en 3 pasos (3 minutos): saludo en puerta, material visible, actividad de entrada de 5 líneas o 5 operaciones.
- Regla 15–2: 15 minutos de atención sin interrupciones, 2 minutos de pausa activa con tarea corta y silenciosa.
- Señal única de silencio y consecuencias cortas y predecibles; el discurso largo se convierte en ruido.
- “Aparcamiento” de móviles antes de entrar al aula y devolución al salir; registro simple para evitar discusiones.
- Apoyos en conducta en franjas críticas del día; presencia visible reduce interrupciones.
- Evaluaciones frecuentes y breves con retroalimentación inmediata; el esfuerzo necesita prueba cercana.
Las familias pueden sumar con hábitos sencillos: hora fija de sueño, 90 minutos sin pantallas antes de dormir y 30 minutos diarios de lectura en voz alta o silenciosa. Un contrato de estudio de 25 minutos con pausa de 5, firmado y visible, ayuda a entrenar la atención en casa.
Herramientas para el profesorado que marcan diferencia
Plan de 4 semanas para recuperar el tiempo en tarea
- Medir: cronometra el “tiempo en tarea” real tres veces por semana y anótalo en la pizarra.
- Objetivo: +10 % de atención sostenida en cuatro semanas, con metas semanales pequeñas.
- Trabajo cooperativo estructurado: roles claros y tiempos cerrados; cada voz sabe cuándo entra.
- Lenguaje breve: indicaciones en 10 palabras o menos y una sola acción a la vez.
- Refuerzo inmediato y específico: reconocer conductas deseadas con ejemplos concretos.
Medir, acotar y reconocer funciona mejor que pedir silencio diez veces.
Lo que viene en el debate educativo
Varias comunidades preparan restricciones al uso del móvil en horario lectivo y refuerzos de orientación. Se discuten ratios, tiempos de coordinación y formación en gestión de aula, TDAH y TEA. También se extienden las aulas de convivencia y los equipos especializados en conducta para intervenir sin expulsiones largas.
Los centros que avanzan combinan tres claves: expectativas claras, apoyo emocional y práctica intensiva de rutinas. Cuando esa tríada se sostiene durante un trimestre completo, el clima mejora y el aprendizaje despega. No requiere grandes inversiones, sí coherencia día a día.
Información práctica para ampliar la mirada
Simulación de carga atencional en casa
Propón al adolescente dos bloques de 20 minutos de estudio real con pausa de 5 y cronómetro visible. Pide que marque cada vez que se distrae. Al final, contad cuántos “saltos” hubo y planificad un objetivo para la semana siguiente. Este ejercicio revela por qué la clase se quiebra y qué hábitos necesitan entrenamiento.
Riesgos y ventajas de intervenir ya
- Riesgo: más normas sin apoyo generan rechazo y más conflicto.
- Ventaja: rutinas cortas y predecibles ahorran minutos que se convierten en aprendizaje.
- Riesgo: retrasar el refuerzo a salud mental cronifica conductas disruptivas.
- Ventaja: intervención temprana mejora asistencia, clima y resultados a final de curso.
El aula no se arregla sola. Con datos sobre la mesa y estrategias simples, los minutos vuelven al sitio. Y una profesora deja de contar interrupciones para volver a contar historias, problemas y soluciones en la pizarra.










Como madre en Murcia, esto me duele. Si cada clase pierde 20 minutos, al final del trimestre ¿quién recupera ese temario? Las medidas rápidas suenan bien, pero sin refuerzo en salud mental y apoyos de conducta, es parcheo. ¿Hay plan para ratios y formación real en gestión de aula, TDAH y TEA, o sólo carteles de “silencio”?
Mi hijo: “no voy a atender”. Yo: “pues tu móvil sí que va a atender el cajón”. Mano de santo 😉